Homenaje a Facundo Cabral.


Este sábado 9 de Julio de 2011, en la ciudad de Guatemala, a las 05:20 am, un maravilloso ser humano, un amigo, un vagabundo profesional, un sabio, un místico, un poeta, un amante de la libertad, un profeta llamado Facundo Cabral nos ha dejado por un tiempo.

Para quienes tuvimos la dicha de conocerlo y crecer con él, Facundo Cabral no murió. En sus propias palabras diríamos: “No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. No hay muerte, hay mudanza.”

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Facundo Cabral
Los detalles de su muerte no son importantes aquí, ya que si nos concentramos en esos pobres sicarios asesinos, perderíamos el foco de lo trascendente: recordar a Facundo Cabral a través de su testimonio de vida.
“No los culpes, porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás. Que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida.”
Por Facundo siempre sentí un enorme respeto y una gran admiración; escucharlo era y es una pasión. Cuando oí de él por primera vez, recién se había exiliado en México, a mediados de los años 70. Yo era un adolescente, él tenía cuarenta.
Todos tenemos un momento en la vida donde nacemos, fuera del momento biológico en que salimos del útero de nuestra madre. Puedo decir que en aquellos días nací; por él re-conocí a Jesús, comencé a aprender de Krishnamurti, de la Madre Teresa, de Ghandi, los poemas de Walt Withman, Kahlil Gibran
Facundo CabralFacundo siempre fue coherente entre lo que cantaba, sentía, decía y vivía. Nos hablaba de una realidad diferente a la que el hombre moderno está viviendo, nos mostraba un nuevo estado de conciencia universal, con una armonía perfecta en la relación hombre-cosmos. Su única religión fue el Amor, la más perfecta porque lo abarca todo.
Facundo Cabral nos mostró lo enfermizo que es pensar una cosa y hacer otra, lo cual nos produce conflictos constantes. Él fue coherente con la coherencia, alcanzó una percepción universal y terminó con la ilusión binaria de felicidad y tristeza, de éxito y fracaso, para alcanzar los más altos estados de conciencia.
“Para tener una visión equilibrada del universo, debemos escuchar todas las voces y a nuestra intuición, donde todos somos sabios. Sabiduría es comprender, y justicia es armonizar diferencias.”
No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que puebla. Distraído de la vida que te rodea.”

Facundo se autodefinía como un vagabundo de primera clase, violentamente pacifista, terriblemente solo y maravillosamente libre.
Facundo CabralA Facundo Cabral lo caracterizaba su manera de hablar, como si la locura y la poesía vivieran en una misma frase. Tenía la mirada perdida, o más bien encontrada, como los profetas. Reía como los sabios y se hacía preguntas en voz alta. Era incómodo por naturaleza y andariego por convicción. Era sencillo, por la imperiosa necesidad de ser verdadero.
Su irreverencia y su honestidad no tenían día libre. Reflexionaba, cantaba, protestaba, cuestionaba, acusaba, defendía, amaba y predicaba sin descanso.
Se le notaban la influencia de Jesucristo y Ghandi, sus conversaciones y amistad con Jorge Luis Borges, Krishnamurti y santas como la Madre Teresa de Calcuta. Evidenciaba su sobredosis de poetas y filósofos, sus encuentros con presidentes y jefes de estado, con multitudes y personajes anónimos del camino.
Facundo había nacido en 1937. Era argentino, porque la tierra cambia de nombre cada tanto, pero era universal, porque cambiaba de destino a cada minuto. Recorrió más de 165 países.
No tuvo una vida fácil. Su padre lo abandonó un día antes de nacer. Facundo se fue de su hogar a los 9 años y vivió gran parte de su infancia en la calle y en reformatorios. Luego cae preso a los 14 años por su carácter violento. En la cárcel, un sacerdote jesuita de nombre Simón fue quien le enseñó a leer y escribir, lo puso en contacto con la literatura universal y lo impulsó a realizar sus estudios de educación primaria y secundaria.
Facundo CabralDe adulto, en 1978, perdió a su esposa y su hija en un accidente de aviación. En los últimos años, aprendió a convivir con el cáncer (al que llamaba “su inquilino”) y la pérdida parcial de la vista.
En fin… para quienes lo conocimos y para aquellos que no tuvieron la dicha, aquí dejo algunas frases recopiladas de Facundo.


  • Cuando un pueblo trabaja, Dios lo respeta. Pero cuando un pueblo canta, Dios lo ama.
  • Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo. Es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene limites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos.
  • Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor.
  • De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo; ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido.
  • Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
  • Borra el pasado para no repetirlo, para no tratarte como te trataron ellos; pero no los culpes, porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.
  • Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo.
  • Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante.
  • ¡No digas no puedo, ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que lo intentes!
  • Perdona a todos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica (agotadora y vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta.
  • Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.
  • El bien y el mal viven dentro tuyo, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse. Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.
  • No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas, ya son ganancia. Cuida el presente, porque en él vivirás el resto de tu vida.
  • Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser, será, y sucederá naturalmente.
  • De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones.
  • Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente.
  • Decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.
  • Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera.
  • Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.
  • Quizá el mayor desafío del ser humano en los albores del tercer milenio sea constatar que no estamos solos, que compartimos universo. Nos encontramos en la más preciosa aventura jamás vivida: la suerte inmensa de reunirnos, festejar, reír y materializar, desde nuestra individualidad, un universo de colaboración entre sus seres, quienes, gobernados desde nuestro universo interior, vivimos el sueño de ser amor universal.
  • Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?
  • Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho. Si digo manzana no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.
  • Si amas al dinero, a lo sumo llegarás a un banco; pero si amas a la vida, seguramente llegarás a Dios.
  • Un hombre que habla con las palomas no está loco, sino benditamente enamorado.
  • Pregunté a un viejo Tarahumara por qué no usaban armas para defenderse de los cuatreros, y me dijo: “Si las armas fueran necesarias, habríamos nacido con ellas”.
  • Yo sigo siendo tan inocente que me sigue alumbrando la bendita esperanza de que un día, los poetas gobernarán el mundo.
  • Escapa de los que compran lo que no necesitan, con dinero que no tienen, para agradar a gente que no vale la pena.
  • Si los malos supieran lo buen negocio que es ser bueno, serían buenos, aunque sólo fuera por negocio.
  • El que no está dispuesto a perderlo todo, no está preparado para ganar nada.
  • Dios te quiere feliz y para ser feliz hay que hacer lo que uno ama; porque el amor te acerca a todo, porque el amor es valiente; es la antítesis del miedo, que es el peor dictador.
  • La sociedad esta tan mal por las fechorías de los malos, como por el silencio cómplice de los buenos.
  • Bienaventurado el que no cambia el sueño de su vida por el pan de cada día.
  • Bienaventurado el que sabe que compartir un dolor es dividirlo y compartir una alegría es multiplicarla.
  • Olvidar cosas malas, también es tener buena memoria. El olvido es una gentileza de Dios.
  • Siempre, con lo que tengas, se puede, se debe empezar de nuevo. Tenemos el deber de ser felices.
  • Para vivir mejor, hay que ser mejor. Nadie puede hacerlo por ti.